martes, 28 de febrero de 2012

Choromicas.

Debo confesarlo: soy una choromicas*.
Lloro muchísimo, sobretodo con libros y con películas (pero si tengo el día sensiblón, una canción me puede poner la piel de gallina hasta el punto de que se me salten las lágrimas).

La cosa es que ayer pusieron Cinema Paradiso en la 2, y aunque la tengo en DVD, me puse a verla (sí, soy así, películas que veo cuando las ponen en la tele aunque las tenga originales... con anuncios, y todo, sí). Y empecé a recordar la escena de los besos y ¡ay!, ya me empecé a poner nerviosa...
(Aviso a navegantes: es el final de peli)


Debo decir que la música ayuda... Como con Eduardo Manostijeras (Danny Elfman es un hacha en eso de emocionarme).

Las personas que ven películas a menudo conmigo (M., los de teatro...) ya lo saben. Puedo ver Donde viven los monstruos 30 veces, que con los aullidos de la despedida sigo a lagrimones.

Con las de dibujos también me pasa mucho... Con Wall-e y con Up, por ejemplo.
Es que más triste no puede ser...

Lo bueno es que soy discretita, si estoy en el cine o con amiguetes no hago ruido ni nada (claro que M. me conoce de sobra y ya me mira de reojo...).

Eso sí, como esté yo sola tirada en cama viendo la peli, y tenga el día... Mejor tener un kleenex a mano.


*Choromicas: Llorón/a, en gallego.

sábado, 25 de febrero de 2012

90s

Estos días me siento noventera. Habiendo nacido justo en 1990, sólo tengo que recordar mi más tierna infancia.
Los dibujos, las películas, la música, los juguetes, la ropa...

Dartacán y los 3 mosqueperros era de mis favoritas!

Una de las cosas que recuerdo es que por las noches veía una serie que se llamaba A Nanny (yo la veía en gallego), y me encantaba. Mi madre me duchaba, y después cenaba en el salón mientras la veía. Cuando terminaba me tocaba ir a la cama ya. Por las tardes veía el Xabarín Club sentada en las rodillas de mi padre, y ponían Doraemon, Hattori o Ninja, videos musicales... Al mediodía veía Friends con mis hermanos (me empeñaba en pronunciar  "Rachel" en vez de "Reichel", y Los Simpsons, claro. Pero el día gordo de dibujos era el sábado por la mañana. Veía los Alf, Blossom, Padres forzosos, Power Rangers (yo soy el rosa!), El príncipe de Bel-AirSabrina, Pokémon, los Rugrats, la Banda del Patio, Yo y el mundo, Salvados por la Campana, Beetlejuice(estos eran mis favoritos), Art Attack, y muuuchas mas, claro... ¡La tele de aquella era maravillosa!
Willy Fog

Con el cine y los libros me pasa que leía/veía casi más de otras épocas que de esa... Por supuesto de los 90 estaban Solo en Casa, Beethoven, Eduardo Manostijeras (que mi madre no me dejaba ver porque era muy triste!),  Pesadilla antes de Navidad, Toy Story, Tintín (que el doblaje estaba fatal y no iba sincronizado), Jurassic Park (mi primo me la ponía una y otra vez) y tooodas las de Disney.  Tuve la suerte de que mi hermano me llevase al cine muchas veces. Pero en general veía películas de los 80 o clásicos como El Mago de Oz. Con los libros me pasaba lo mismo, en el verano que tenía 6 años me leí la serie completa de Los Cinco, y los de Misterio en..., Aventura en... de Enyd Blyton. Después de eso, en Navidad y en mi cumple siempre pedía libros.
Así recuerdo yo a Lindsay Lohan
 Me creía lo más escuchando las Spice Girls y Aqua (gracias a dios, la tontería me duró poco). Me encantaba el video de Paranoid Android, de Radiohead, y de Country House, de Blur, porque Damon Albarn me parecía guapo (sí, guapo) . También recuerdo grabar en una cinta canciones de Bon Jovi, de The Cardigans, de Alanis Morissete, de No Doubt, de Green Day... Mis gustos lo definí más a partir de los 12 años o así, cuando descubrí a Nirvana (los menciono porque, a parte de ser noventeros, después del 94 ya no hubo más).
Esas camisetas eran muy de la época
Y los juguetes ¡Ah, los juguetes!. Los tazos (aún los tengo), los Stick Stack, Gogos, Barbie, Polly Pockets, Playmovil, Manos Locas, Legos, Pin y Pon, Quien es quien, Operación, Plastilina, el Cinexin... La consola era la Super Nintendo (cuando no funcionaba, soplabas y ya iba!), y después la Game Boy gorda en blanco y negro. Nos hacíamos pulseras con unas tiritas de plástico de colores, escuchábamos música en los Walk-Man, intercambiábamos pegatinas y hojitas...


Nosotras le llamábamos "Esquipi", tenía cuentavueltas y luz!
El skip it era genial, pero duró poco tiempo.



Jo, me da rabia porque me estoy olvidando de mil cosas y me veo editando la entrada cada algunos días porque pensaré "¡Esto lo TENGO que incluír!".
De las chuches ya ni hablo...
Y de la ropa tampoco...

¡Que vuelvan los 90!

jueves, 23 de febrero de 2012

Está usted intentando seducirme.

Es Febrero, y en la calle hay 16º.
¡16!

Así que aunque tenía pensado pasar estos dos días sin M. haciendo cosas en casa (como pintar a mi gato con acuarelas -cosa que hice ayer- o ponerme al día en flickr -cosa que hice hoy) salí a dar una vuelta aprovechando la buena temperatura.
Fui a comprar un par de cosillas, a fichar libros nuevos, y dado que no tenía nada más pendiente, a echar un ojo por las tiendas, pero la ropa de esta temporada es taaaaan aburrida, taaaaan helado de fresa, taaaaan pastel (no toda, claro, pero sí la mayoría), que me aburrí enseguida. Me compré una tableta de chocolate y una Coca-Cola y me vine a casa.
Y volví a ver el Graduado (¡de ahí el título de la entrada!).


Recuerdo haber visto esta película con... 13 ó 14 años. Y al volverla a ver ahora con 21, que además es la edad de Ben, me ha parecido una película distinta. Yo solo recordaba que se acostaba con la amiga de sus padres ("Me parece usted la más atractiva de las amigas de mis padres"); y había olvidado todo lo que rodeaba su situación. Ese limbo extraño de recién graduado en que se encuentra el protagonista, y sus comeduras de cabeza, y su entorno.
Me ha encantado volver a verla.

Creo que voy a tener que hacer una lista de todas esas películas que vi hace años (me tragué un montón de cine clásico con esa edad, prácticamente era lo único que veía, me chiflaba), y verlas de nuevo.



Con otra perspectiva.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Analógica en un mundo digital.

Me encanta sacar fotos, y eso lo heredé de mi padre. De él, también heredé su cámara, una Zenit12 que es la que uso yo ahora, (también heredé el amor por cierta música, pero ese es otro tema).
Hay veces que al revelar un carrete y ver que la mayoría de fotos son una birria, me entra un poco la bajona y pienso: No sé para que lo sigo intentando...
Pero sigo. Y en días como hoy me doy cuenta de por qué.
Mi padre, 1978. Era guapo, guapo, guapo con ganas.
Cuantas más fotos veo, más me doy cuenta.




En mi casa, aparte de unos cuantos albumes de fotos, hay un cajón lleno de fotos sin ordenar. Desde los 50 hasta la actualidad. Siempre me planteo ordenarlo, porque están todas mezcladas, pero nunca me atrevo. Hoy me he puesto a revisarlo y hay un montón de fotos que no recordaba.

Mi madre, 1977.
Por lo que ese bebé no es suyo.

Decir que con las fotos, me pasa como con los libros. Entiendo las ventajas de los e-books, pero yo los necesito en papel. Olerlos, sobarlos, leerlos, tenerlos alineaditos en mi estantería, ponerles mi nombre en la primera página, que las páginas se gasten, que cojan forman, poder dejárselos a alguien, usar marcadores, guardar una carta....
Pues con las fotos igual. Necesito la espera antes del revelado, ver el grano, la luz que no me esperaba, guardarlas en álbumes, con la fecha, enmarcarlas, verlas. (En el ordenador, al final, nunca las disfruto, y las acabo borrando, o perdiendo, en papel jamás, jamás las pierdo).

Mi padre, antes de un concierto de Pink Floyd.
Francia, 1977
Y eso es lo genial. Puede que haya fotos que saqué hace dos días y que, al verlas reveladas, no cumplan las expectativas que me había hecho. Pero sé que en el 2048 me va a encantar verlas. Y a mis hijos, más. Y recordaré cosas que creía olvidadas. Y a personas que ya no están en mi vida.

Y quizá me ponga un poco triste, como hoy.



Hasta puede que me anime a ordenar el cajón...

sábado, 18 de febrero de 2012

Echando de menos.

Echo de menos la lluvia.
Parece mentira que viviendo en Galicia tenga que decir esto, pero llevamos un invierno en el que practicamente sale el sol día tras día.
Y aunque levantarse con el sol entrando por la ventana, y pasar las tardes leyendo mientras se te calientan los huesos es algo increíble, me sigue encantando la lluvia.
Me encanta. Me encanta el sonido de la lluvia. Y estar en cama y oír los neumáticos de los coches sobre el asfalto mojado. Me encanta ir en coche cuando llueve. Y me encantan los chaparrones que dejan el aire, las plantas y las calles super limpios.

Y sé que después lloverá y a los 3 días estaré harta de llegar a todos lados con el pelo alborotado por la humedad, y de calarme las piernas porque el agua se filtra a través de los vaqueros.

Pero ahora mismo, echo de menos la lluvia.

Ha, ha, charade you are.

Harry Gruyaert
Debo reconocer que del carnaval me gusta que duermo más por las mañanas porque no tengo clase. Y las filloas. Y ver a niños pequeños disfrazados por la calle, que son muy graciosos. Y nada más.
Y odio la malditacabalgatadelsábadoporlatarde (además la gente en zancos me da miedo, y ¡siempre hay gente en zancos!).

¡Pero hoy estoy contenta! Porque por la tarde vuelvo a actuar en el musical en el que actué el sábado pasado. Ya he preparado el vestuario, repasado el guión y repasado las canciones. Aún no me he empezado a poner nerviosa pero ya llegará, ya...

Y mañana me voy a  casa de M., a comer cocido y filloas y orejas. Que su madre me tiene en palmitas, y va a hacer más cantidad de filloas porque me gustan más. Esta semana también me trajo medio queique enooorme y riquísimo.

Por supuesto, duró medio día.

miércoles, 15 de febrero de 2012

All is love.

 Por resumir mi felicidad.
-He pasado una tarde de lo más genial haciendo nada con M.
-He comido chocolate Milka de Oreo
-He escuchado música
-He cenado requetebien: las patatas fritas más ricas del mundo (daban ganas de ponerles un piso, qué ricas estaban!), y un yogurt, y bica de chocolate (teniendo en cuenta que a veces ceno solo yogurt, esto ha sido un festín)
-Me he puesto a ver Dogville
Y
-Mañana no tengo que madrugar! :) 



 Enjoy the little things

martes, 14 de febrero de 2012

Se me había olvidado.

El viernes a eso de las 21:30 recibí una llamada de mi profe/director de teatro. Me pareció extraño, ya no sólo por la hora, si no porque había estado con él un par de horas antes en el ensayo de nuestra obra.
-Sin compromiso. ¿Qué haces mañana por la tarde? - Me dice.
-Pues... creo que nada importante.
-Me ha fallado una chica para el musical de Mamma Mía. Te mando el guión por mail, como te vien...
-¡VALE!

Total, que me manda le guión esa noche, la mañana del sábado me lo estudio, y a las 16:00 estaba lista, con todo mi vestuario, guión aprendido y canciones recordadas (hice este musical en el 2006 y aún me acordaba de las letras!).
Actuamos en Santa María de Olla (puesta de sol espectacular incluída, con el sol rosa, y un frío que pa qué!) a las 19:00 y se llenó. Y gustó.

Y se me había olvidado.
Se me había olvidado lo mucho que me gustan esos nervios antes de salir en la primera escena. Estoy entre bastidores y tengo que estirar las manos frente a mi, cerrar los ojos y respirar hondo un par de veces para que me dejen de temblar.
Después de 16 años.
Se me había olvidado las prisas por cambiarme de ropa entre escenas. Los "¿Quién tiene una orquilla?" "¿Me dejas una goma del pelo?" "Salimos ya?".
Pasar frío esperando, con ropa de verano y un par de grados de temperatura.
El mirar hacia el público y no ver nada. Nada ni a nadie.
Y los comentarios con los compañeros entre escenas. Las tonterías antes de la obra. El maquillarte en un espejo chiquitito.
Y la sensación cuando se ha acabado la obra. Como si te hubieras quitado un enorme peso de encima, pero ya lo empiezas a echar de menos...

Me encanta.
Necesito más de una obra por año. De verdad.

miércoles, 1 de febrero de 2012

La marmita de la inconsciencia.

i

i carry your heart with me (i carry it in
my heart) i am never without it (anywhere
i go you go, my dear; and whatever is done
by only me is your doing, my darling)
                                  i fear
no fate (for you are my fate, my sweet) i want
no world (for beautiful you are my world, my true)
and it's you are whatever a moon has always meant
and whatever a sun will always sing is you

here is the deepest secret nobody knows
(here is the root of the root and the bud of the bud
and the sky of the sky of a tree called life; which grows
higher than the soul can hope or mind can hide)
and this is the wonder that's keeping the stars apart

i carry your heart (i carry it in my heart)

En el mundo hay más asfalto que rompientes.