Gato

Marqués del desnudismo

Es blando. Está calentito. Es peludo. Gordito. Suave. Le gusta el sol. Le gustan las cajas. Le gusta correr por el pasillo para que le persigas. Le gusta dormir. Le gusta dormir encima de mi.
Siempre se alegra de verme.
Le gusta que me levante por la noche para ir al baño, y venir a por unos mimos.
Ronronea.
Nunca se enfada, aunque tropiece con él porque se pone en medio.
O aunque lo mueva de sitio.
Le gusta pasear por el descansillo de la escalera. Y mirar por la ventana. Y maullar. Y jugar con pelotitas y gomas del pelo. Y las mantas suaves. Y el yogurt. Y los calamares. Y frotar su cara contra la mía.
Y ponerse seductor.
Y venir a maullar a la puerta cuando me oye llegar. Y oler mi ropa. Y pretender que mi cama es toda suya y puede dormir en el medio, y arrinconarme.

Y le quiero más, mucho más, que a la mayoría de la gente que conozco.

 Gatito